¿Qué relación existe entre la
Formación Profesional (FP) que reciben los futuros operarios y
empresarios de la reparación de vehículos y su inserción laboral?
¿Incluso entre la calidad de esa formación y la de las propias
empresas que constituyen el sector de la posventa de automoción?
Fueron algunas de las cuestiones sobre las que giró la intervención
de Inaki Mújica, director de Tknika, el “Centro de Innovación
para la Formación Profesional” del País Vasco, en la “I Jornada
de Fusión de la FP y la empresa” celebrada en el Centro SanViator, de Sopuerta, con el patrocinio de GT Motive.
Iñaki Mújica, durante su intervención en la I Jornada de Fusión de la FP y la empresa de San Viator Sopuerta |
Durante su intervención, Mújica
analizó el papel que actualmente desempeña la FP en el País Vasco,
la evolución hacia modelos de formación dual, denominados en esta
comunidad autónoma de “formación en alternancia”, y los
beneficios que tanto para alumnos como para empresas y, en última
instancia, para la propia economía de la sociedad, se derivan de
ellos. Y lo hizo contextualizando, en primer lugar, la realidad
económica actual en la que se inscriben los esfuerzos de las
administraciones e instituciones formativas con responsabilidad en
materia de FP.
La Formación Profesional en tiempos de crisis económica
“La realidad económica se está
moviendo más rápidamente que la realidad política. Hay que marcar
nuevos principios, sin poder pararnos”, señaló. ¿Por qué?
Porque en medio de la crisis económica, con millones de parados, una
deuda pública que será una carga durante muchos años y crecientes
presiones sobre la cohesión social, la economía global sigue su
curso. De manera, además, muchas veces disruptiva, en ámbitos como
la automatización y las TICs, la inteligencia artificial, la
nanotecnología... ¿Qué significa todo eso? Básicamente que el
empleo se ha convertido en una obsesión, no sólo para quienes lo
buscan sino también para las administraciones. Y ahí es donde
adquiere relevancia un concepto fundamental: la competitividad, que
deviene en un elemento muy próximo al de supervivencia cuando
hablamos de economía. Hay que ser más competitivos. ¿Qué aporta
una formación profesional de calidad a la competitividad de las
empresas y de la economía? Esa es la pregunta a la que trató de dar
respuesta Inaki Mújica.
Cualificación es productividad y competitividad: crecimiento
Elegir uno u otro camino en materia de
formación tiene sus implicaciones. Uno puede optar por seguir el de
la alta y muy alta cualificación de sus ciudadanos... pero también
el de la baja cualificación. Son formas diferentes de competir. La
primera apela al modelo de Silicon Valley. La segunda al de
Eurovegas. La entidad que dirige Mújica opta más bien por el
primero. La lógica de esa decisión es muy elocuente: el crecimiento
de una economía se sustenta, en el mundo actual, en la productividad
y la competitividad de sus empresas y profesionales. La productividad
está vinculada al conocimiento, la tecnología y la mejora continua.
La competitividad, a la innovación, el emprendimiento y la
cooperación.
¿Qué papel puede jugar la formación
dual en la mejora de la productividad y competitividad de las
empresas, incluidas, lógicamente, las que mantienen y reparan
vehículos? La respuesta del director de Tknika se llama “formación
en alternancia”, un modelo que tiene sus raíces en las antiguas
Escuelas de Aprendices. Más recientemente, en el País Vasco se ha
desarrollado mediante los programa IKASI eta LAN (2008-2011), HEBIZI
(2012-2013) y HIRU (2013-2014).
¿Qué es la formación en alternancia?
En palabras del propio Mújica: “Podemos decir que la formación en
alternancia define la Formación Profesional que se realiza en
periodos de tiempo alternados entre el centro de formación y el
centro de trabajo. El alumno o la alumna es un aprendiz, con un
contrato laboral, con unos derechos y obligaciones laborales, y que
al final del periodo de formación obtiene un título o un
certificado, según el tipo de formación en alternancia realizada”.
Beneficios de la formación en alternancia:
- Inserción directa, rápida y exitosa en el mercado laboral.
- Adquisición de conocimientos, destrezas y habilidades técnicas necesarias para ejercer unoficio cualificado y responder a las necesidades específicas de la empresa.
- Formación en el compromiso con la realidad económica concreta: permite adaptarse a los cambios del entorno económico.
- Es frecuente encontrar experiencias de motivación: lleva a la auto-realización y a la pasión profesional, en contacto con la realidad y el descubrimiento de su propia contribucion.
- El desarrollo de la confianza, las habilidades interpersonales y el sentido de la responsabilidad en contacto con sus colegas de trabajo, sus directivos y sus clientes. Es un modo de forjar progresivamente la ciudadanía.
- Anticipa la adaptación a la cultura específica de cada empresa.
- Facilita el relevo generacional y consigue una mejor adecuación entre la oferta y la demandan.
- Desarrolla la gestión previsional de los recursos humanos en las empresas.
- Responsabiliza a la empresa de la formación de sus futuros empleados.
- Permite a la empresa conocer mejor a las personas que puede contratar posteriormente.
“La alternancia juega un papel
pedagógico claro no solo en la adquisición de conocimientos
informales sino en competencias clave y nuevos aprendizajes; la
alternancia juega también un papel de socialización y de inserción
y un papel evidente de profesionalización”, concluyó Iñaki
Mújica.