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viernes, 20 de diciembre de 2013

“Las nuevas tecnologías son imprescindibles en la fórmula revolucionaria de pagar seguro según cómo conduzcas”, Beatriz Sanz, Generali Seguros

Ahora, el conductor es el protagonista. Gracias al uso de nuevas tecnologías que permiten monitorizar los hábitos de conducción del automovilista, Generali Seguros, en colaboración con Telefónica, ha desarrollado una prima 100% personalizada. Se trata del “pago por uso”, un nuevo modelo de relación entre cliente y aseguradora, que no sólo permite ajustar la prima como un guante a los hábitos del conductor, sino que aporta valores tan interesantes como la localización del vehículo en caso de robo o una mayor diligencia en el servicio de asistencia rápida en caso de avería. De todo ello, de las ventajas de instalar un dispositivo telemático en los vehículos para calcular la prima que te cobra el seguro, versó la intervención de Beatríz Sanz, de Generali Seguros, durante la reciente Jornada del Seguro de Autos de ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones) patrocinada por GT Motive.


Beatriz Sanz, Generali Seguros


¿En qué consiste el pago por uso? Es la primera duda que nos resuelve Beatriz Sanz: “Se trata de un seguro para vehículos completamente personalizado. ¿Por qué? Porque la prima está adaptada a los hábitos al volante del conductor. ¿Cómo? Gracias al dispositivo telemático instalado en el vehículo de Movistar que monitoriza la naturaleza de la conducción que lleva a cabo el automovilista, teniendo en cuenta también los kilómetros que se recorren”. De tal forma, que para el cálculo de la prima se evalúan aspectos de la conducción como si es diurna o nocturna, urbana o interurbana, brusca o progresiva… y si, por ejemplo, se cumple con los límites de velocidad.

“Una vez que el dispositivo telemático ha hecho su trabajo, desde Generali se realiza un análisis de los datos recogidos. Y de ese análisis sale una puntuación o “scoring personal” que finalmente va a determinar el precio de la prima mensual”, explica Sanz.

Para la ejecutiva de Generali Seguros, el sistema de “pago por uso” constituye una “revolución, la creación de un nuevo paradigma en la relación entre el cliente y su aseguradora”. Las nuevas tecnologías permiten tener completa información de los hábitos de conducción del asegurado, esos hábitos se visibilizan de forma absolutamente transparente en una web (www.pagocomoconduzco.com), de su análisis se pueden extraer consejos para mejorar los que no se alinean con la eficiencia en la conducción o la seguridad vial y, sobre todo, la posibilidad de mejorar la prima que el cliente paga cada mes. Por añadidura, el dispositivo telemático que se instala en los vehículos es un geolocalizador estupendo con beneficios adicionales como la localización del coche en caso de robo, por ejemplo, o la identificación en tiempo real del lugar exacto donde se ha tenido una avería, lo que facilita la prestación diligente del servicio de asistencia… y con sólo apretar un botón de emergencia en la aplicación de su Smartphone.

Después de explicar el concepto del “pago por uso” en el seguro, Beatriz Sanz, enumeró las ventajas que tiene para el asegurado:
  • Mejora de la conducción. El asegurado puede entender su comportamiento al volante mediante la monitorización de sus trayectos.
  • Seguridad. Detección automática de accidentes y ayuda en la gestión de los mismos. Más la localización en tiempo real del vehículo.
  • Asistencia. Mejora la asistencia en carretera, facilitando la ubicación exacta del vehículo.
  • Redes sociales. Los automovilista pueden compartir sus “puntuaciones” y trayectos con sus amigos. 

En este nuevo paradigma donde lo importante es cómo conduces, todos los perfiles de automovilistas pueden obtener ventajas, aunque quizá sea de mayor utilidad y especial atractivo para cuatro tipos:
  • Conductores jóvenes de menos de 26 años.
  • Adultos con segundos conductores jóvenes.
  • Usuarios que conduzcan pocos kilómetros, menos de 7.000 al año.
  • Consumidores de tecnología.

“Así es el seguro de auto Pago como Conduzco, un seguro que premia a los buenos conductores”, afirma Beatriz Sanz. Fruto de la alianza entre dos líderes, del seguro y la tecnología, respectivamente. Mientras que Generali cuenta con gran experiencia en el mundo de los seguros, es el segundo grupo asegurador europeo y tiene una amplia red de distribución en España, Telefónica atesora una sólida experiencia en tecnología, ha desarrollado la innovación en el concepto de los seguros y dispone de una potente base de clientes asegurados.

“¿Qué representa este seguro de autos de Pago como Conduzco?”, se pregunta finalmente la ejecutiva de Generali. “Es una apuesta por el futuro. El primer seguro que apela a una nueva generación de clientes más habituados a la tecnología. Y un gran ejemplo de enfoque innovador en un sector que lo necesita”, concluye Sanz.


jueves, 20 de junio de 2013

¿Cómo son las nuevas tecnologías en los talleres de coches?

Luis Ursúa, secretario general de CETRAA.
De tanto hablar de las TIC’s vamos a terminar con un tic. ¿Qué son las nuevas tecnologías? ¿Qué es eso de la I + D + i?

Lo cierto es que las nuevas tecnologías SIEMPRE han estado ahí. Es decir, cuando se inventó el vehículo, “eso” ya era la aplicación de las nuevas tecnologías. Cuando Henry FORD inventó la cadena de montaje, “eso” ya eran nuevas tecnologías, y cuando se inventó la máquina de vapor o el telar “eso” ya eran nuevas tecnologías. Así que las “NUEVAS” tecnologías son tan VIEJAS como la vida misma.

Lo único nuevo es que la velocidad de implementación que nos proporciona Internet y la electrónica hace que la evolución de las tecnologías sea, a veces, difícil de digerir. Y aquí está el meollo. Tenemos excesos de información por todas partes y lo que nuestros clientes no quieren son excesos de información sino RESULTADOS concretos, rápidos, buenos y fiables. Y es aquí donde las supuestas nuevas tecnologías ayudan o pueden ayudar al taller. Y dejamos claro desde ahora que las nuevas tecnologías no son nuevas sino las más modernas, eficaces y eficientes, que no es lo mismo.

Investigación, Desarrollo e Innovación. Esto es lo que significa la dichosa inecuación I + D + i, y digo inecuación porque nunca termina en un igual a. Vamos, que nos falta el segundo término de la ecuación para que podamos obtener resultados concretos. Y de tanto hablar del bálsamo de Fierabrás lo hemos vaciado de contenido.

Investigación, Desarrollo e Innovación han existido SIEMPRE, así que no pensemos que hemos descubierto el Mediterráneo. Pero, en fin, está bien que apliquemos “nuevas” tecnologías que nos ayuden en nuestro quehacer diario. Por ejemplo ¿qué haría yo ahora escribiendo con una “moderna” máquina de escribir, en lugar de con el confortable y encantador ordenador personal?

Hace unos años enviábamos una carta, esperábamos respuesta y, en función de la misma, tomábamos las medidas oportunas. La cuestión ahora es que la inmediatez y la dichosa “globalización” hacen que las decisiones las tengamos que tomar a salto de mata, muchas veces sin planificar la respuesta y, en demasiadas ocasiones, con precipitación absoluta. El caso es nos hemos vuelto “inmediatistas”. Todo lo queremos para ya. Y el cliente no es una excepción.

Es aquí donde hemos de deslindar qué es eso de las nuevas tecnologías aplicadas al taller, que es lo que se me pregunta y cómo las mismas pueden ser un apoyo y no una carga para el sufrido titular. Pues bien, la respuesta, como no puede ser de otra manera es que las nuevas tecnologías, por ejemplo, la localización de piezas o referencias de las mismas, en la nube, que no es estar en la luna, sino en Internet, pueden suponer un significativo ahorro de tiempo si la referencia está bien marcada, si los baremos de tiempos de reparación son conocidos y bien aplicados, si las piezas y las operaciones de mantenimiento están debidamente catalogadas, despiezadas y si, además, las podemos ver en tres dimensiones, mejor que mejor. Todo esto ayuda al taller a responder con rapidez y eficacia a las demandas del cliente.

Pongamos otro ejemplo, últimamente me pasa a menudo. No veo una columna a mi espalda y ¡zas! me cargo el piloto trasero. La columna lleva quince años en el garaje pero es igual. El coche lleva cámara de visión trasera, un estridente pitidito que te indica que te acercas al fatídico punto de impacto. Pero sigue siendo igual. El menda, ¡a saber en qué estaba pensando!, se estampa contra la inamovible columna. Obviamente se rompe el piloto y se raya el paragolpes trasero (que no sé yo para que se llaman paragolpes, porque parar el golpe, lo que se dice parar el golpe, más bien poco). Y ya llegamos a la cuestión, las nuevas tecnologías, las TIC’s.

Llevas el vehículo al taller, el titular le hace una fotito con un “Smartphone” e, inmediatamente, la foto está en el gabinete pericial, de forma tal que a primera hora del día siguiente tienes al perito en el taller y a última hora de la tarde tienes tu coche impoluto y aquí paz y después gloria. Así que, como ven, las nuevas tecnologías, una foto, Internet y un teléfono modernillo (casi todos) han hecho que la inmediatez sea un hecho palpable. Y “eso” implica tener un cliente contento. En este caso yo mismo. Tener un cliente contento implica tener un cliente “prescriptor”. “Vete donde fulanito” que te arreglan el coche en un periquete y a buen precio y, encima te lo dejan como nuevo.

Pero es que, además, un taller bien adaptado a las tecnologías más en punta, no sólo hace las cosas más rápido sino que las gestiona mejor, lo que implica un proceso de estudio ininterrumpido por parte del titular y empleados, - que nadie piense en menor esfuerzo personal -, menores tiempos de proceso, mejor control de costes y, supuestamente, si sigue las reglas de una buena administración y habilidades gerenciales, mayores márgenes y beneficios con menores costes para el cliente. Y aquí estamos ante el reto de la productividad. Más reparaciones efectuadas, con menor coste y mayor eficiencia igual a mayor beneficio. Ya hemos resuelto la ecuación. I + D + i = BENEFICIO

Pues Otra cosa es que alguien se muera del susto. Pero si no lo intentas ya estás muerto. Así que mucho ánimo, a seguir innovando y, sobre todo, a implantar las TIC’s, acompañadas, eso sí, de sentido común, esfuerzo personal, entorno colaborativo y estudio más una adecuada planificación previa para saber y conocer a nuestros clientes antes de lanzarnos a comprar el último invento sin saber muy bien para qué lo vamos a utilizar.
esto es lo que hay. Adaptarse o morir.

Una vez hecho esto, bienvenidas sean las TIC’s.


Luis Ursúa, secretario general de CETRAA, en el blog de GT Motive.